¿Hola que tal estamos?
La muerte está por todas partes, y por mucho que creamos que nos podemos enfrentar a todo, hasta ese momento, ¿¿??
Voy a contaros que me pasó, y como recuerdo lo que ocurrió. Me acosté a las 0045, como prácticamente todas las noches. Hice mis abluciones nocturnas (pis, sonrisa, dientes), me acuesto en la cama con mi mujer, y me coloco mi máscara. Padezco Apnea del sueño, y para evitar las paradas nocturnas de respiración, me coloco en la nariz una máscara. Además, de esta forma, evito roncar como una tormenta tropical, y mi mujer, duerme. Para que veáis que sí me preocupo de mí mismo.
Esta máquina se llama CPAP, y insufla aire hacia mi nariz con una presión suficiente, establecida por el Médico. Gracias a este proceso, simple, conserva abiertos los conductos aéreos superiores y evita el colapso respiratorio y los ronquidos. Una vez que me pongo la máscara, y me recuesto, normalmente tardo en dormirme 8 segundos
Sin saber por qué, me despierto a las 0210, miro el reloj, y me sorprendo. Lo primero que pienso, es que algo ha pasado, posiblemente con mi padre, que recientemente tuvo un subidón de tensión. Me incorporo, y de repente siento como un mazazo en el pecho, en el centro del pecho, No sentí miedo, sólo dolor. Intenso. Durante 20 segundos, sentí un dolor continuo, y tal y como había empezado, no se paró, simplemente disminuyó. Durante 40 segundos, solo sentí un dolor sordo, leve pero amenazador. Me levanto de la cama, y de nuevo el dolor intenso. Y en esta ocasión, no sólo en el pecho, ambos brazos atenazados. Y esta vez, SI que tengo miedo. ES UN INFARTO.
Le pido a mi mujer que llame al 112, y mientras marca el teléfono, corro al baño, y vomito. Esa noche sólo había cenado unas acelgas cocidas y pasadas por la sartén con pimentón, y las vomité como un geyser. Debido al dolor, caigo al suelo del baño, y desde allí me arrastro hasta la cama. Me tumbo, y hablo con una persona del 112. Mientras me pregunta, empiezo a sudar profusamente, sin que disminuya el dolor en el pecho y ambos brazos. Desde el 112, me confirman que mandan una ambulancia.
Hasta la llegada del equipo de la UVI Móvil, tumbado en la cama, sólo sentía dolor, y grité en más de una ocasión. Dicen que el dolor no se recuerda, que nuestra mente lo elimina. A mí no se me olvidará.
No sabía que doliese tanto un infarto, me lo imaginaba de otra forma...como un ahogo, bueno está bien saberlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Animo Juan Pedro
ResponderEliminarValiente por contar esta dolorosa vivencia en tu blog!
Besos
Susana
Sobre los síntomas, he leido cosas de lo más curioso. Si queréis más información, en esta página web tenemos muchos y diferentes. http://www.webdelcorazon.com/index.php/cardiopatias/cardiopatia-isquemica/109-los-sintomas-del-infarto.html
ResponderEliminarOs he dejado también unos dibujos y descripción en el cuerpo del blog. Buscadlo en el POSTS POR TEMAS.
Cada uno tiene unos síntomas diferentes, y lo más curioso es que siempre será parecido si en el futuro me vuelve a suceder. Bajo y pequeño consuelo, pero para la próxima, será estar más preparado, por mi parte. Si os ocurre, chicas o chicos, y no os lo deseo, salvo si os desmayáis, actuad sin dilación. Y si alguien en vuestro derredor lo sufre, por favor es mejor pedir disculpas por pasarse de precavidos.
Ah! y chicas, tenes en cuenta que corre la leyenda de que las mujeres no sufren infartos. No es verdad, y muchas veces, esta falsa leyenda es creida en las urgencias, y pueden confundir los síntomas con una crisis de ansiedad. Pastillita, y pasa el tiempo. Malo, malo.